El 2 de abril es el aniversario del escritor danés Hans Christian Andersen, nacido en 1805. Este año sería su 215 aniversario.

En coincidencia con la fecha, el IBBY ha promovido, desde 1967, o sea, ya hace 53 años, la celebración del Día Internacional del Libro Infantil con la finalidad de que las sociedades pongan en valor los buenos libros y las buenas lecturas entre los más jóvenes.

Cartel conmemorativo del IBBY para el año 2020
Uno podría pensar que desde 1967 hasta aquí, nunca, pero nunca nunca, un día internacional del libro haya sido tan extraño como el que viviremos este año. La incertidumbre extrema ha ganado la partida. Nadie sabe qué pasará con nada de aquí a unos días, unas semanas. Puede ser que el principio esperanza siga funcionando, pero el principio certeza parece del todo suspendido. Pero, de toda maneras, quienes nos movemos en el mundo del libro infantil no dejamos de creer que hay ciertas cosas que, pase lo que pase, seguirán siendo necesarias: las buenas historias, la fantasía y la imaginación creativa, y esa capacidad que tiene la literatura infantil de inventar personajes capaces de hacernos olvidar las peores pesadillas.
Entonces, para celebrar este extraño día internacional del libro, como LIJbrero y como autor del mundo de la LIJ, quisiera expresar cuatro deseos sobre la Literatura Infantil a la vez de recomendar tres libros:
El primer deseo es que la LIJ continúe atravesando los siglos con la vitalidad que conservan los libros escritos por sus autores clásicos y de referencia.
Y en torno a este deseo, recomendaré el primer libro: Mis cuentos preferidos de Hans Christian Andersen. La adaptación es de Albert Jané. Se trata de una recopilación de 12 cuentos del autor danés cuya versión es absolutamente fiel a los relatos originales. La ilustración corre por cuenta de Jordi Vila Delclòs, uno de los mejores ilustradores catalanes de los últimos años, que en este libro realiza un trabajo realista de reconstrucción de época sin sacrificar en lo más mínimo la fantasía que encierran algunos de los relatos ya clásicos.

Publicado por Combel Editorial, Barcelona, 2007.
El segundo deseo es que la literatura continúe facilitando a niñas y niños el mejor acceso a la realidad a través de la fantasía.
Esa era la principal idea de Gianni Rodari sobre la fantasía. Y el segundo libro que recomendamos para acompañar este deseo es el de los Cuentos por Teléfono, quizás el mejor libro de este autor italiano del que en este 2020 celebramos su centenario. La edición que nos ofrece la editorial juventud cuenta con el plus de estar ilustrada por Emilio Urberuaga.

Publicado por Editorial Juventud, originariamente en 1972, en esta edición, en 2012.
El tercer deseo es que la LIJ siga teniendo la fuerza necesaria para comerse las peores pesadillas.
Y en este tiempo tan difícil que atravesamos, recomendamos el tercer libro, uno que ya es un clásico de la LIJ catalana, un título que tuvo en su momento una edición en castellano (de la editorial SM, de 1985, hoy descatalogado) y que auguramos que en algún momento acabe por ser un libro de referencia en la LIJ de todo el mundo, pues tiene la dimensión de una obra fundamental: se trata del libro La Nana Bunilda Menja Malsons, de Mercè Company y Agustí Asensio. El libro explica la historia de una pequeña hada que tiene por tarea aspirar las pesadillas de quienes mal duermen y luego transformar esas pesadillas en pasteles de chocolate: ni más ni menos.

La edición catalana es una recuperación del año 2011 para la colección Mars, editado por la Fundación Rosa Sensat y la productora cultural Magenta Universal.
El cuarto deseo: que la literatura infantil continúe siendo una literatura tan pero tan buena que hasta los niños la puedan leer, y que en breve podamos volver a celebrarla en las calles, en las plazas, en los parques, rodeados de gente que no tenga miedo de dar o recibir un abrazo.
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