Comencé a visitar la página de Libro de Notas en 2004. Llegué a ella a través del Almacén de Artes Poéticas. El almacén es un proyecto que Marcos Taracido sostiene desde ya hace casi diez años. Como se podía colaborar (y siempre se puede) en el mantenimiento de ese proyecto, comencé a colaborar con él. Al principio le mandaba a Marcos Taracido algunas artes poéticas. Así inicié con él y con Libro de Notas un intercambio que se sostiene hasta el día de hoy.
Luego, como Marcos es una persona muy abierta, me sugirió que colaborará con Libro de Notas escribiendo algo sobre poesía latinoamericana. De ahí surgió una serie de textos ensayísticos sobre mi visión de la poesía latinoamericana actual. Los publique mensualmente bajo el título de [s]ur[g]ente. Como rezaba la presentación de la columna, se trataba de plantear una aproximación sesgada a la poesía que emerge, surge y urge en el sur de América, desde la Patagonia hasta Tijuana. En realidad, lo que intenté allí fue explicar(me) un esquema de abordaje de la poesía actual del continente que, a mi entender, se podía ordenar en la forma de la siguiente gráfica:
Quizá fue un despropósito; una ordalía, dirían otros. Pero escribir esas columnas me ayudó a comprender qué estaba pasando en el campo de la poesía actual, y cómo podía ubicarme frente a ella. No sé si a otros les sirvió de algo, pero para mí fue un grato ejercicio de evaluación. Fueron seis entregas y desistí de seguir. Falta de tiempo, fue la razón, en parte, por la que no seguí. No disponer de textos de poesía actuales, de las últimas publicaciones, de las novedades, de buenas antologías de autores, fue otra parte de las razones (en internet hay mucho, pero no está todo).
De todos modos, cuando abandoné la columna no me alejé de Libro de Notas. Sigo la publicación todos los días. Leo sus columnas, repaso sus recomendaciones diarias, hago comentarios y, cada tanto, vuelvo a colaborar en ella. Le he tomado apego. Me siento bien hospedado cuando entro allí, como si visitara la casa de un amigo. Eso me agrada.
Hasta hace un tiempo, Libro de Notas era un portal donde a diario se recomendaban los mejores contenidos de La Red en español y cada tanto se publicaban contenidos propios, o sea, textos de los colaboradores. Digo «hasta hace un tiempo», porque como Marcos fue rodeándose de colaboradores que escriben columnas (semanales, cada quince días o mensuales), la publicación llegó a un punto en que las columnas pasaron a ser la mejor virtud del sitio: concitan mayor atención de los lectores que las recomendaciones de los otros sitios. El cambio se reflejó en la diagramación de la página. Hace ya más de un año las columnas de los colaboradores pasaron a ocupar un lugar central en el diagrama de LdN y las recomendaciones uno secundario: eso se refleja en el diseño actual del sitio.
Este cambio no le restó funciones a Libro de Notas. Por el contrario, convirtió a la página en un sitio más rico y más enriquecedor aún de lo que ya era. Un sitio en el que se pueden encontrar desde buenas recetas de cocina, hasta el plato fuerte de un Manual de Retórica y Recursos Estilísticos, elaborado por Ángel Romera. Eso, entre muchas otras cosas más.
Como Marcos Taracido, además de ser un buen anfitrión virtual (tengo pendiente una visita presencial a su casa, en las afueras de una ciudad anclada en el centro, más o menos, de Galicia) y además de ser un excelente escritor (por allí está su Leve historia del mundo para quien quiera verificarlo), es también un emprendedor nato, y como en él se conjuga de manera extraordinaria un inteligente interés por la literatura y un diestro interés por el avance de las nuevas tecnologías de la comunicación, con la consolidación de la Web 2.0, Libro de Notas siguió ampliando su dinámica. Primero se volcó a la venta de libros (abrió una librería on line) y luego avanzó en la edición de libros (abrió una editorial).
La editorial se propone mantener distintas colecciones. De momento ha publicado dos títulos en la colección miradas y cuatro títulos en la colección poesía, pero promete impulsar colecciones de ensayo, ficciones y literatura infantil y juvenil, en las que ya hay proyectos en curso, que en breve saldrán a la luz. Ofrece un sistema de publicación que combina la edición on-line, la edición en papel a demanda y, así lo promete, una cobertura de todos los dispositivos de lectura digital que vienen avanzando a paso firme: libro electrónico, telefonía celular, i-pod, etcétera. Digamos que es una editorial de vanguardia, bien posicionada a futuro, sólida en la calidad de su trabajo editorial (tanto en lo que se refiere a los textos editados como en lo que supone su posicionamiento en la distribución), y bella en sus distintas formas de presentación que combinan texto, imagen y diseño.
Me faltó decir, y esto es una mera curiosidad, que no he visto nunca una foto de Marcos Taracido. La imagen que tengo de él es la que utiliza como avatar en distintos lugares (gmail, facebook) y que, si bien me da una idea de su aspecto, no me permite decir que conozca su fisonomía.
A veces pienso que Marcos no muestra su imagen por no opacar la nuestra. Otras veces, sinceramente, creo que no lo hace porque su imagen, la más auténtica, es la que día a día, semana a semana, mes a mes y año a año nos viene regalando en Libro de Notas. Una imagen de compromiso bien definida:
El compromiso ha de ser con uno mismo, una fidelidad interna que permita sostenerse ante el espejo, o no romperlo. El compromiso ha de ser con la ficción, entendiéndola como otro líquido que circula por el cuerpo y que fluye en las heridas, y mancha si se roza.