«El devorador de paisajes» ahora en formato digital

Ya hablé por aquí de mi libro de cuentos, El devorador de paisajes. La edición en papel la hizo Estuario Editora, sello dela Casa Editorial HUM. La novedad es que ahora, la Editorial Libro de Notas lanzó la edición digital. El libro está disponible en dos formatos. En formato EPUB se puede descargar de la Librería de Libro de Notas.

«El devorador de paisajes» en Libro de Notas

«El devorador de paisajes» en Libro de Notas

Ya saben cómo funciona la librería de Libro de Notas: ustedes van, descargan el libro en forma gratuita, lo leen y, luego de leerlo, si les gustó, de manera optativa, pueden donar dinero a partir de 1 Euro. Se agradecerá.

En formato EPUB pueden leer el libro en cualquier dispositivo electrónico: PC, Tablets, smart phones, etc. Quizás tengan que descargar un programa adecuado para ello, si no lo tuvieran. El programa Adobe Digital Editions es de libre descarga y sirve perfectamente.

Pero hay más:

«El devorador de paisajes» en Amazon para Kindle

«El devorador de paisajes» en Amazon para Kindle

Como ven en la imagen superior, el libro está disponible para leer en los Kindle. Allí van y lo descargan de Amazon por el módico precio de 2,68 euros, unos 70 pesos uruguayos, 15 pesos argentinos, 3,5 dólares…

Está es la imagen del libro que aparecerá en sus pantallas cuando descarguen el EPUB:

«El devorador de paisajes» en formato EPUB

«El devorador de paisajes» en formato EPUB

Les debo la foto del Devorador en mi Kindle.

Que lo disfruten, espero.

Traductor, ¿traidor?: una entrevista con Laura Chalar

Laura Chalar, entrevistada

Laura Chalar nació en Montevideo, Uruguay. Es abogada y escritora. Ha publicado dos libros de poemas («por así decirlo», 2005 y  «Por qué los poetas ingleses quieren morir en Italia», 2010) y dos libros de cuentos («El discreto encanto de la abogacía», 2007 y «El vuelo del pterodáctilo», 2009), además de numerosos textos propios y traducciones de otros autores en revistas de varios países. Acaba de publicarse en Uruguay una traducción de su autoría del libro «La niña de alta mar», de Jules Supervielle (Irrupciones Grupo Editor).  Garabatos y ringorrangos la invitó a responder algunas preguntas sobre la traducción de poesía, a lo cual accedió con mucha generosidad. Esta es la entrevista:

GyR: Días atrás nos comentabas que entiendes que la poesía es esencialmente traducible, pero que hay una dificultad cuando la poesía presenta rimas. Eso es bastante obvio. No obstante: ¿piensas que se puede volcar en una traducción el sentido que tiene el ritmo, en tanto forma sonora, en el poema original?

Laura Chalar: La poesía es probablemente el género más difícil de traducir. Pienso que hay poesía que funciona bien en traducción y otra que no. Esto depende de una cantidad de motivos (recursos en base a los que opera el poema original, empleo de juegos de palabras o aliteraciones, «localidad» —por oposición a «universalidad»— de temas y conceptos, etc., etc.); pero, en lo que hace a tu pregunta, en el caso de la poesía que sí puede ser traducida con éxito (me refiero a aquella que puede ser vertida en otro idioma con una calidad o valor artístico propios y —con suerte— no excesivamente distantes del original) en muchos casos podrá llegarse a versiones que respeten el ritmo, textura y recursos del «texto madre». Eso dependerá en buena medida de la habilidad del traductor. Creo, por otro lado, que tratar de forzar estas semejanzas cuando el idioma de destino no lo habilita puede llevar a un texto artificioso, que no atraiga ni convenza. A mí me gustan las ediciones bilingües, donde, aun si el traductor ha optado por renunciar a replicar estos elementos, uno puede ver el texto original y palparlos en él —cosa que siempre es posible y linda, aunque no se conozca el idioma.

GyR: Los que escribimos poesía sabemos que cada palabra tiene un valor sonoro y semántico particular que se hilvana con el conjunto del lenguaje en un juego de alusiones, tanto a objetos, como a ideas, a sentimientos o a tradiciones culturales: ¿no se pierden esa vinculación y esas alusiones en la traducción?

Laura Chalar: Dependerá de en qué medida el idioma de destino comparte esos elementos con el de origen. Uno podría pensar que habrá mayor simetría entre lenguas que compartan un tronco común, pero me parece que es algo para ver caso a caso. En estas cosas no conviene generalizar, porque la poesía siempre sorprende.

GyR: ¿Consideras que la lectura de poesía traducida, al omitir en su sonoridad los ritmos tradicionales, ha favorecido un descuido de la eufonía entre los poetas nativos de nuestro lenguaje y ha facilitado una incursión de lo prosaico en el orden de lo que se lee como poesía en nuestro idioma? ¿Cabe esa posibilidad?

Laura Chalar: En mi opinión, esa incursión en lo prosaico sin duda existe (hay quienes parecen creer que la existencia de versificación o quiebres de línea constituye de por sí poesía); pero sería más cauta a la hora de atribuirle parte de la culpa de este fenómeno al contacto con poesía traducida.

Una buena traducción puede ser un poema por derecho propio (creo que todos los que traducimos poesía aspiramos en definitiva a eso), pero yo, al menos, no exijo de una traducción exactamente los mismos elementos que de un original. Esto no tiene que ver con la calidad o falta de ella, y sí con reconocer que a menudo será imposible reproducir exactamente las tensiones, cadencias, etc., del original (ver pregunta anterior); lo cual no quita que la traducción deba tener un ritmo, una organización y una cohesión cuidados.

Me parece que el fenómeno que tú referís tiene más que ver con haraganería por parte de algunos poetas, un facilismo al que contribuyen muchos factores, entre ellos el endiosamiento de la «accesibilidad», valor falso si los hay, y a menudo disfraz de la mediocridad pura y simple.

GyR: ¿Piensas que el traductor tendría que tener un lugar más destacado en los créditos editoriales e incluso un reconocimiento mayor en el terreno de la literatura? En Uruguay, por ejemplo, entre los premios literarios anuales no se incluye un premio para traductores. Hasta donde yo sé, en nuestro país no hay ningún reconocimiento en ese campo.

Laura Chalar: Totalmente. Sin duda que sí. En muchos países hay premios a la traducción. Un área, como tantas otras, en la que los uruguayos nos hemos quedado atrás.

GyR: ¿Puedes regalar a los lectores de este blog dos poemas traducidos por ti, dos de los que te gusten más?

A esta última pregunta, Laura Chalar respondió con cuatro poemas: dos traducidos del español (del uruguayo, para ser más exactos) al inglés (ambos de Líber Falco) y dos traducidos del inglés al español (uno de T. S. Eliot y otro de A. E. Housman). Los publicamos aquí en formato bilingüe, como ella prefiere leer.

In a vacant lot…

(de Líber Falco)

In a vacant lot
five boys play soccer.
A man passes by
pushing a wheelbarrow. Passes.
A soft breeze fans the afternoon’s face.
In the distance, the downtown palaces
turn their backs on the sun.
The afternoon goes,
with the air of a jilted maiden.

In a vacant lot,
five boys play soccer.
Montevideo lives.
Doesn’t dream. Doesn’t hope.
Lives.
A car honk is heard in the distance.
How sad everything is,
and yet, how fine to see it—
to watch, to hear, to see it.

En un baldío

En un baldío
cinco muchachos juegan a la pelota.
Un hombre pasa.
Lleva una carretilla. Pasa.
Un aire suave
abanica el rostro de la tarde.
A lo lejos, allá…
los palacios del Centro
muestran su espalda al Sol.
La tarde se va.
Lleva un aire de doncella defraudada.

En un baldío,
cinco muchachos juegan a la pelota.
Montevideo vive.
No sueña. No espera nada.
Vive.
Lejos suena una bocina.
Qué triste es todo.
Y sin embargo, qué bello es verlo,
mirarlo, oírlo y verlo.

Tapa de la primera edición del libro «Tiempo y tiempo», de Líber Falco

Herrerita

(de Líber Falco)

Blasphemous, errant and stately
went the artist drinking air
along the streets.

His pipe a cosmic periscope,
hat at a listless angle,
went the poet daring hunger
along the streets.

«Brothers, we are made
of countless hungers», said
the poet, and vanished
down the longest
street and final.

Herrerita

Blasfemo, trashumante y señorial
iba el bohemio bebiendo el aire
por las calles.

La pipa un periscopio cosmogónico,
el sombrero ladeado y con desgano,
iba el poeta retando el hambre
por las calles.

—Hermano, estamos hechos
de incontables hambres— dijo
y se fue el poeta,
por la más larga,
definitiva calle.

La Figlia che Piange

(de Thomas Stearns Eliot)

«O quam te memorem virgo…»

Párate en lo alto de la escalinata—
Apóyate sobre una urna de jardín—
Teje, teje la luz del sol en tu pelo—
Oprime tus flores contra ti con dolorida sorpresa—
Tíralas al suelo y vuélvete
Con fugaz resentimiento en los ojos:
Pero teje, teje la luz del sol en tu pelo.

Así hubiera querido yo que él se marchara,
Así que ella se quedara de pie y sufriera,
Así la hubiera dejado él
Como el alma deja al cuerpo roto y magullado,
Como la mente abandona el cuerpo que ha usado.
Encontraría
Algún modo incomparablemente leve y hábil,
Algún modo que comprendiéramos ambos,
Simple e infiel como una sonrisa y un apretón de manos.

Ella se apartó, pero con el tiempo otoñal
Atrajo mi imaginación muchos días,
Muchos días y muchas horas:
Su pelo sobre los brazos y los brazos llenos de flores.
¡Y me pregunto cómo hubieran sido ellos juntos!
Un gesto y una pose se me habrían perdido.
Algunas veces estas cavilaciones aún asombran
La inquieta medianoche, la paz del mediodía.

La Figlia che Piange

«O quam te memorem virgo…»

STAND on the highest pavement of the stair—
Lean on a garden urn—
Weave, weave the sunlight in your hair—
Clasp your flowers to you with a pained surprise—
Fling them to the ground and turn
With a fugitive resentment in your eyes:
But weave, weave the sunlight in your hair.

So I would have had him leave,
So I would have had her stand and grieve,
So he would have left
As the soul leaves the body torn and bruised,
As the mind deserts the body it has used.
I should find
Some way incomparably light and deft,
Some way we both should understand,
Simple and faithless as a smile and shake of the hand.

She turned away, but with the autumn weather
Compelled my imagination many days,
Many days and many hours:
Her hair over her arms and her arms full of flowers.
And I wonder how they should have been together!
I should have lost a gesture and a pose.
Sometimes these cogitations still amaze
The troubled midnight and the noon’s repose.

En tranquilos valles verdes

(de A. E. Housman)

En tranquilos valles verdes
Donde los amantes juegan,
Se oye desde el otro lado
Una música que suena.

Detrás del tambor y el pífano,
Junto a espino y hondonada,
Dejando atrás tierra y vida
Van los soldados.

Ser soldado es lo mejor:
Roba, donde sea que esté,
El corazón de muchacha
Y hombre a la vez.

El amante y su chica,
Tendidos bajo el espino,
Han oído pasar la tropa
Y ambos suspiran.

Y ellos, con notas que
A lo lejos se van perdiendo,
Siguen su marcha sonora
A la casa del silencio.

In valleys green and still

In valleys green and still
Where lovers wander maying
They hear from over hill
A music playing.

Behind the drum and fife,
Past hawthornwood and hollow,
Through earth and out of life
The soldiers follow.

The soldier’s is the trade:
In any wind or weather
He steals the heart of maid
And man together.

The lover and his lass
Beneath the hawthorn lying
Have heard the soldiers pass,
And both are sighing.

And down the distance they
With dying note and swelling
Walk the resounding way
To the still dwelling.

Gracias, Laura.

Tonino Guerra

Ha muerto Tonino Guerra. Nada menos que en el día internacional de la poesía, cuando iba a empezar la primavera en su hemisferio. Ha muerto este grandísimo poeta y mejor guionista de cine.

Tonino Guerra

Tonino Guerra (Santarcangelo di Romagna, Italia, 16 de marzo de 1920 - Ibídem, 21 de marzo de 2012)

Mi blog y mi primer libro de poesía para niños llevan por título «Garabatos y Ringorrangos». Ese título, como se puede ver en la esquina superior derecha del blog, o en la primera página del libro, se debe a un poema de Tonino Guerra.

LOS GARABATOS

ÉSTE es el muro,
éstos los garabatos
que pintaba de niño
con la tiza
cuando aprendí
a seguir mi brazo
para hacer una raya larga
y algunos ringorrangos.

Éste es el muro
éstos los garabatos.

Tonino Guerra escribió poemas con una sencillez demoledora, como en este de «La farfalla»:

LA MARIPOSA

CONTENTO, lo que se dice contento,
he estado muchas veces en la vida
pero más que ninguna cuando
me liberaron en Alemania
que me quedé mirando una mariposa
sin ganas de comérmela.

Yo conocí a Tonino Guerra porque un día mi amigo Álvaro Ojeda me dijo algo así como que «Ungaretti es un gran poeta, pero Montale es mejor, y el mejor de todos es Tonino Guerra». Y con esa referencia me puse en campaña para conseguir lecturas de Guerra.

Daniel Bellón, poeta canario (de Islas Canarias, aunque nacido gaditano), me regaló el libro de la poesía completa de Tonino Guerra, traducida genialmente al español por el poeta Juan Vicente Piqueras, editada por la Universidad Popular San Sebastián de los Reyes en 2001. Y allí descubrí que Tonino escribía cosas que Piqueras traducía así:

EL GATO SOBRE EL ALBARICOQUERO

ERA un loco
que creía que era un animal
entre las ramas del albaricoquero.Su pobre padre era el hombre más bueno del mundo,
en casa se abrazaba a los armarios
y cerraba la cómoda con la rodilla.

Le decía: —Gino, venga, baja ya,
hazle caso a tu padre.
Pero el loco se acurrucaba entre las ramas
y se pasaba la noche maullando como los gatos.

«Qué manía con decir que es mejor morir durmiendo, / no es verdad: hay que morir gritando contra todo» le hace decir Tonino a uno de sus personajes poéticos, el viejo Rico, en el libro EL VIAJE (1985).

¿Me pregunto, Tonino, contra qué estarías gritando cuando entraste en la muerte? ¿Contra qué parte de ese todo?

Y ahora que escribo, pienso que es raro lo que siento en este momento. Algo así como si hubiera perdido a un gran amigo, aunque no, porque yo no te conocí en persona. Debe ser algo distinto. Yo te conocí de palabra. ¿Un gran amigo de palabras?

Hubo una época que se me daba por pensar que no valía la pena escribir poesía después de Vallejo. Entonces descubrí a Juarroz, y pensé que se podía intentar algo. Después pensaba que no valía la pena escribir poesía después de Juarroz. Entonces descubrí a Tonino Guerra, y pensé que se podía intentar algo. Hoy, ahora, ataba estos grandes nudos poéticos de mi vida lectora. Y ahora leía un poema de Tonino y pienso que por algo no terminamos de abandonarlo todo:

ABANDONA

Yo abandono Roma.
Los campesinos abandonan la tierra.
Las golondrinas abandonan mi pueblo.
Los files abandonan las iglesias.
Los molineros abandonan las aceñas.
Los montañeses abandonan los montes.
La gracia abandona a los hombres.
Alguien lo abandona todo.

(El libro de las iglesias abandonadas, 1988)

Los invito a todos a recordarlo por aquí, dejando algún otro de sus poemas. Cerramos el día de la poesía con esta despedida.

Dioramas y diademas

Días atrás comentaba que hay dos palabras que se me confunden cuando quiero decirlas o escribirlas: diorama y diadema. La confusión puede venir del parecido fonético o gráfico de las dos palabras. En ese caso, sería un lapsus linguae o un lapsus calami: dos tipos de actos fallidos.

Pero la confusión también podría venir de que unos dioramas muy particulares se me han subido a la cabeza en estos últimos días. En este caso el lapsus sería mental: ¿un diorama subido a la cabeza bien que podría hacer las veces de diadema?

Los dioramas a los que me refiero son obras de una artista plástica, una artista textil, una ilustradora:  me estoy refiriendo aquí a una línea de trabajo de Cara Carmina, artista mexicana radicada en Montreal, Canadá.

Los dioramas de Cara Carmina

Dioramas de Cara Carmina: imagen extraída de su blog con su autorización.

La cuestión es que en los últimos días he pensado mucho en esto de los dioramas. No llegué a ninguna conclusión, pero sí logré formularme un par de inquietudes, y logré escribir algunos textos a propósito de esos dioramas: digamos que en mi cabeza, los dioramas, como diademas, fueron fuente de inspiración y no un mero adorno desubicado.

Se supone que un diorama tiene por objeto colaborar en la explicación de algo: sería como el soporte de una instrucción, pero realizado en tres dimensiones. Nada más lejos, esa vocación didáctica, de aquello que es como un axioma de la postmodernidad para la literatura para niños: «no al didactismo», «la literatura para niños debe alejarse de sus orígenes didácticos y volverse puro entretenimiento», y así sigue.

De ser cierto esto último, no podría haber ningún punto de contacto entre dioramas y literatura para niños: asunto descartado.

No obstante, así lo vengo pensando, el juego que propone Cara Carmina con los  personajes —la niña y los gatos— de sus dioramas, además de tener en sí mismos un alto contenido literario (proponen lecturas que entiendo pueden ser muy atractivas para niños) me sugirieron la posibilidad de escribir unos textos que, al presentarse como unas instrucciones respecto de lo escenificado (en verso y con rima) podrían acompañar, en sintonía, el juego propuesto por ella: trasponer la función didáctica del diorama en algo muy lúdico.

Tendríamos así que, a fuerza de inversiones y traslaciones semánticas, lo didáctico termina convirtiéndose en juego. Si eso fuera válido (y valioso), quizás también lo inverso pueda serlo: convertir el juego en algo didáctico. Ambas alternativas nos habilitan a pensar que en materia de literatura para niños y jóvenes no conviene atarse a ningún dogma (incluso cuando la postmodernidad siga vigente).

He aquí uno de los ejercicios de vinculación/interacción/enredo entre un diorama de Cara Carmina y un texto que escribí para acompañarlo:

Diorama de Cara Carmina para un Lavadero de Gatos

para lavar a un gato

no use lavarropas
use agua tibia
viértala gota a gota
use poco jabón
es preferible el de sebo
de tiburón
y luego del lavado
cuélguelo a secar
con solo dos palillos
y a otro cantar.

Veremos si esta línea de trabajo conjunto con Cara Carmina prospera. Si así no fuera, esto terminará siendo un acto fallido, y quedará flotando en el aire la pregunta: ¿quién le pone la diadema al gato?

Muestra de Irene Singer y sus «Espejismos»

Hace un tiempo hablé aquí de libro «Espejismos» de Irene Singer. Ahora me entero que el 16 de marzo se inaugura una muestra de las ilustraciones de este libro, con la participación del Grupo de Historias Cantantes y Sonantes.

Los que estén por Buenos Aires, no se lo pierdan.

Espejismos, muestra de Irene Singer