SINESTESIA. Es la palabra de hoy. Es una figura retórica. Consiste en mezclar o intercambiar sensaciones de diferentes sentidos. La vista por el oído, para el caso. El rojo crepitar de los crepúsculos, sería un ejemplo.
Y como de mirar y de escuchar va la cosa, recomendaré algunos libros.
Por un lado, dos álbumes de conocimientos: “Miro el mon” y “Escolto el mon”, de la pareja creativa ucraniana: Romana Romanyshyn y Andriy Lesiv, publicados en catalán por Zahorí Books y en castellano por BARBARA FIORE EDITORA, con los títulos “Veo el mundo” y “Fuerte, suave, murmurado”.


Por otro lado, el sinestésico Isidro Ferrer, que en esta “Enciclopedia visual de los sonidos”, publicada por A buen paso, nos invita a registrar visualmente los sonidos que a menudo no acabamos de percibir con claridad, porque los tapa algún ruido, porque nos faltan palabras y onomatopeyas para designarlos, porque no estamos atentos.
En rigor, este libro de Isidro Ferrer son cuatro libros: uno, el que tendremos en las manos, que nos enseña cómo montar un álbum donde coleccionar imágenes de sonidos; los otros tres, los que él reproduce adentro, mediante las fotografías de unos álbumes que confeccionó durante su confinamiento en Cerdeña, y de los que nos indica, paso a paso, el proceso de creación: uno, para registrar las imágenes del sonido de algunos animales; dos, para registrar las imágenes de sonidos de objetos; tres, el de los sonidos inaudibles, los sonidos imaginados.
En definitiva, muchos libros, muchas lecturas, para alimentar la sinestesia: libros que cantan y susurran los colores de la ilusión, o algo así.