La visibilidad de lo invisible: Circe Maia, poeta

Hace muchos años, una canción me llevó a la poesía de Circe Maia: aquel poema sobre los desaparecidos, Otra voz canta, que Viglietti musicalizó y cantó al final de la dictadura.

Por esa época leí algo de su poesía en alguna antología, en revistas, en algún libro que conseguí prestado. A fines de 2006, llegó a mi biblioteca el primer libro de ella. Fue un obsequio que me hizo Nancy Bacelo. Se trata del libro De lo visible. Nancy publicó ese libro para la 39ª. Feria del Libro y el Grabado, en 1998. Lo hizo como testimonio de amistad invalorable. Cuando me lo obsequió, se notaba en su rostro el orgullo de ser la editora de esa obra.

 

De lo visible - Circe Maia - Carátula de Fidel Sclavo

No era para menos. Es un libro impresionante. En él está condensada la poética de Circe Maia, una poética que cala en las posibilidades de la mirada y de la palabra (de la tensión entre la mirada y la palabra) para acceder a la realidad mundana, a la fugacidad, a la ruptura incesante de la unicidad del mundo en sus instantes. Posibilidad apenas asentada sobre un lenguaje de las asimetrías:

El lenguaje de las asimetrías

El placer de seguir, punto por punto

lo que los ojos ven: el placer cierto

de desviarse un medio milímetro

—la mirada guiada por la mínima

torcedura del tallo—

y enderezar después y seguir paso a paso

las ramas dobles casi paralelas

una a cada lado del delgado tronco.

Casi iguales… El «casi» se siente entre los dedos

la finísima trama de las asimetrías

casi como un lenguaje.

¿Y qué dice esta lengua tan compleja?

Dice que como nada es idéntico a nada

lo que se dice aquí vuelve a decirse en otro

tono, otro matiz, otra distancia

pero jamás enteramente uno

ni enteramente ajeno.

——————– (En De lo visible, 1998, p.25)

Por suerte, y gracias al trabajo de Rebeca Linke Editoras, en 2008 se editó la Obra poética de Circe Maia. Esa obra obtuvo el primer premio en el Concurso Literario Anual del Ministerio de Educación y Cultura. Merecido premio. Y por suerte, ahora me entero, gracias a un proyecto de Jordi Doce, que ojalá prospere, Circe Maia saldrá de las fronteras de Uruguay para llegar a otros hispano-lectores, haciendo ese camino (a esta altura una ruta) que exige ir hacia España para después volver a todo el continente latinoamericano, y más allá.

Circe Maia tiene página web. Visítenla. Pueden leerla por allí. Estoy seguro que si la leen con atención, se van a sentir recogidos en ella, porque su obra es summa de la necesidad de un universal recogimiento.

Termino con un poema que puede aclarar algo de esto último:

Hojas

A veces caen girando.

Simulan revoloteos, pequeños pájaros.

Algunas caen

con un suave movimiento de vaivén

apoyándose en el aire.

¿La paz?

Sí, pero también podríamos

tratar de ver el brillo de las pequeñas hoces

golpeando injusta, misteriosamente.

——————– (En Superficies, 1990, OP, p. 293)

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